Ya es verano, es temporada de piscina, y los padres nos asustamos mucho cuando hay un “peque” en casa que no sabe nadar. Por lo que optamos por vallarla, no dejarlos salir fuera… o por quitar o subir las escaleras, cómo ha sido mi caso.
Estas medidas están muy bien, toda precaución es poca, pero además debemos enseñar a nuestros hijos a reaccionar ante ese peligro si apareciera, en este caso por una caída inesperada o inconsciente a la piscina, por ese afán de exploración de los niños.
Esto debemos hacerlo de forma GRADUAL, os comento mi caso con mi hijo de 2 años, como ejemplo. Primero pasé a mi hijo de utilizar un flotador a utilizar manguitos, luego le quité uno y aprendió a mantenerse y estar en la piscina sólo con un manguito. Después lo dejé sin nada, a veces, perdía el equilibrio y tragaba un “poquito” de agua, esto forma parte del aprendizaje, NO OS ALARMÉIS!!!
Cuando ya se movía como un “pez en el agua”, lo agarraba en brazos y lo tiraba despacio, sumergiéndose bajo el agua. Las primeras veces, se agobiaba y no salía hacia arriba, por lo que yo le ayudaba. También tragaba un “poquito” de agua pero sólo lo hacíamos un par de veces para que tampoco fuera una experiencia desagradable y apareciera miedo o aversión al agua.
Hasta que por SÍ MISMO, sin darle instrucciones*, aprendió a cortar la respiración al sumergirse (sin taparse la nariz), a cerrar la boca y a moverse para salir hacia arriba. Luego pasó a tirarse desde el 1er escalón de la escalera, después el 2do… y cómo ya sabía subir escaleras, ya le dejaba subirlas y meterse él solo en la piscina.
Todo este proceso, que para cada niñ@ será diferente y tendrá unos tiempos de aprendizaje distintos, fue enfocado desde EL JUEGO. Próximamente, podréis ver algunos vídeos en mi cuenta de @complexsystemstrainer.
Para terminar, he de decir que sigo previniendo y recogiendo las escaleras, pero ya tengo la tranquilidad de que si él sólo se mete en la piscina no le va a pasar nada. ¿ENTONCES, ENSEÑAMOS A NUESTROS “PEQUES” A ENFRENTARSE A LOS PELIGROS?
PD: Podemos darle las instrucciones que queramos a un niño de 2 años pero eso lo único que podría hacer es entorpecer su proceso de exploración y autoaprendizaje.
Por Dani Muñoz.