¿CREES QUE ESOS PENSAMIENTOS QUE RONDAN TU MENTE PREOCUPARÍAN A NUESTROS ANCESTROS?
Para empezar, daré significado a lo que es un AGENTE ESTRESOR, es todo aquello que rompe nuestro EQUILIBRIO ALOSTÁTICO (antiguamente homeostasis), digamos ese entorno interior “ideal” de nuestro cuerpo para su comportamiento o funcionamiento óptimo.
Una casa más grande, un coche mejor, ganar más dinero, aumentar el nº de seguidores de IG, rumiación por los likes o un comentario de un “hater”, cómo me ha mirado el vecin@, lo que ha dicho mi compañer@ de trabajo, un atasco, no encontrar aparcamiento… ¿Pensáis que eran preocupaciones reales para nuestros ancestros?
¡NO! Son agentes estresores exclusivos de la sociedad actual… Miles y miles de pensamientos que inundan nuestra mente cada día y que pueden perjudicar nuestra salud (ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES, ENFERMEDADES MENTALES, OBESIDAD o DIABETES), ya que nuestro organismo únicamente está adaptado a situaciones de ESTRÉS AGUDO puntuales. Por ejemplo, cuando nuestros ancestros debían cazar para poder alimentarse, correr para escapar de un depredador, luchar contra otro individuo para poder habitar un espacio, sobrevivir a un cuadro febril…
Es cierto que nuestra sociedad ha cambiado mucho desde entonces, nuestra esperanza de vida es mucho mayor y nos preocupan otro tipo de enfermedades diferentes. Pero lo que no ha cambiado es nuestra RESPUESTA AL ESTRÉS, entendiendo ésta como las adaptaciones que se producen en el organismo, tras hacer frente a un agente estresor, para recuperar su equilibrio alostático. Nuestro organismo no está preparado para funcionar de manera óptima teniendo unos niveles continuos de estrés de bajo grado o ESTRÉS CRÓNICO (o persistente como prefiero llamarlo yo, porque SE PUEDE SALIR DE ÉL).
Quizás hoy por hoy no eres consciente si lo padeces, hay personas que no lo saben identificar y piensan que es normal vivir así. Pero como dice la “pitonisa de Telecinco”, si hay algo que te inquieta, te atormenta o te perturba… acude a un ESPECIALISTA, como un psicólogo.
Aprende a gestionar y reconocer tus emociones, a cambiar aquello que no te hace sentir bien o si algo no lo puedes cambiar, como un trabajo, aprende técnicas para gestionar mejor ese estrés, como técnicas de meditación, pasear por la sierra o la playa… y enfréntate mayoritariamente a estresores que nos van a afectar de manera POSITIVA como: jugar con tus hijos, hacer ejercicio, hacer el amor con tu pareja, plantar un huerto, tocar un instrumento…
Por Dani Muñoz